Quito (Pichincha)._ El Presidente Rafael Correa comprobó esta mañana los avances en la construcción de la segunda etapa del proyecto de la Fundación Triángulo, ubicada en el sector de Ponciano, al norte de Quito.

El Gobierno a través del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda junto con el Municipio y el aporte de la fundación apoya la edificación de la segunda fase que tiene una inversión que supera el millón de dólares

La fundación El Triángulo tiene una trayectoria de 19 años. Está dedicada al cuidado de 130 niños y jóvenes con síndrome de Down y retardo mental.

El Primer Mandatario señaló que se necesita mucha vocación para la atención de este sector vulnerable. Reiteró que el Gobierno ha dado pasos importantes para precautelar los derechos de estas personas, como el establecimiento de que las empresas públicas y privadas cuenten con el cuatro por ciento de personas con discapacidad.

Advirtió que en educación especial falta mucho por hacer pero que este plan ya se lo está organizando.

“Soy un convencido que en estas cosas se necesita mucha vocación… Esta clase de atención es cara pero muy necesaria; nuestros discapacidades ha sido maltratados por nuestra sociedad”, refirió el presidente Correa. Sostuvo que se buscará un adecuado sistema con el apoyo de lo público y privado para brindar mayor atención a las personas con discapacidad.

Luego del recorrido el Jefe de Estado compartió un desayuno con los niños y autoridades de la fundación El Triángulo. Los infantes demostraron su encanto y ternura con una presentación artística que fue ovacionado por los presentes.

Emilia Cajo, de 19 años, llegó hace poco a la fundación. Con una mirada que irradia dulzura, contó que en este sitio ella aprendió a hacer pan de yuca. «Lo hago con harina y huevos. Hay que amasar muy bien». En el futuro ella quiere ser bailarina en danza árabe.

Se prevé que el próximo 16 de diciembre se inauguren las nuevas instalaciones de la fundación El Triángulo que contará con espacios para talleres de artes escénicas, panadería, pastelerías y áreas de descanso y recreación.JV/El Ciudadano