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SAN JORGE, EN PORTOVIEJO: UNA COMUNIDAD UNIDA TRAS EL TERREMOTO

Portoviejo (Manabí) – Han transcurrido tres años del terremoto del 16 de abril, sin embargo, Yahaira Dueñas aún no puede olvidar los momentos difíciles que pasó en Portoviejo, Manabí, junto a su hijo Frank, quien tiene síndrome de Down.

“Cuando la tierra comenzó a temblar yo subía por unas gradas estrechas hasta el tercer piso donde estaba el cuarto que arrendada y lo único que pude hacer es abrazar a mi hijo tan fuerte como pude para calmar su ansiedad, mientras todas las cosas caían a nuestro alrededor”, cuenta la madre de Frank.

Las viviendas contiguas donde vivían se cayeron en su totalidad, pero esos recuerdos se han borrado para Yahaira que ahora cuenta con un nuevo hogar en Portoviejo, en la urbanización San Jorge, de la Misión Casa Para Todos.

En esta urbanización viven más de 36 familias de personas con discapacidad, quienes perdieron sus casas luego del terremoto.

“Para todos fue duro el terremoto, pero para las familias que tenemos personas con discapacidad fue más difícil pasar los días”, sostiene Gustavo Orellana, padre de dos niños con discapacidad intelectual, quien asegura que su vida cambió desde que recibió su vivienda de la Misión Casa Para Todos.

La atención que reciben las personas con discapacidad y las familias de la urbanización San Jorge es integral; ya que cada mes son visitados por la brigada Las Manuelas y médicos del Ministerio de Salud quienes realizan controles periódicos y entregan ayudas técnicas, según la necesidad.

Yahaira coincide en que “la nueva casa dio un giro total a nuestra vida. Esta urbanización cuenta con parques inclusivos, piscina para las terapias de nuestros hijos, áreas verdes, emprendimientos”.

Las familias que habitan en las urbanizaciones de la Misión Casa para Todos se han esforzado por mantener las viviendas y sus instalaciones tal como las recibieron el primer día. Además, el componente de fortalecimiento comunitario en el que trabaja el Plan Toda una Vida permite que los vecinos generen espacios participativos y microemprendimientos.

“Los gestores del Plan Toda una Vida trabajan para fortalecer la comunidad, acompañan a los vecinos, impulsan sus emprendimientos y en conjunto con las familias consolidan espacios libres de violencia”, afirma Rocío de Moreno, presidenta del Comité Plan Toda una Vida.

En esta urbanización, la comunidad ha superado las secuelas del terremoto a través del desarrollo de emprendimientos comunitarios como un micromercado, a cargo de los vecinos; y un taller de costura donde las mujeres elaboran camisetas, edredones y otros artículos para comercializarlos.