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Religiosas de la Inmaculada Concepción y de Santa Catalina asistieron a exposición Salve Regina

Varias religiosas de los claustros de la Inmaculada la Concepción y de Santa Catalina de Siena salieron de sus conventos por primera vez; desde que efectuaron sus votos de encierro, el lunes 29 de julio, para visitar la exposición “Salve Regina” que se exhibe en el Palacio de Gobierno.

La visita de las religiosas a las salas de museo de Presidencia responde a una invitación del proyecto cultural “Arte en Palacio”; que impulsa el gobierno del presidente Lenín Moreno Garcés, como agradecimiento por el préstamo de varias obras de arte de sus monasterios que integran la muestra.

La religiosa Inés María del Sagrario del monasterio de la Inmaculada Concepción explicó que por el voto de clausura es complicado que los ciudadanos ingresen al convento, pero encontró en esta exposición la oportunidad para que las obras salgan y puedan ser contempladas y apreciadas. “Hubo esta gran iniciativa de sacar estas obras para que la gente las conozca y se sienta feliz, porque estas pertenecen a la nación”, aseveró.

Entre los objetos de arte que el convento de la Concepción prestó a la Presidencia para “Salve Regina” está la urna del “Águila Bicélafa” del siglo XVIII de casi dos metros de altura tallada en madera, policromada y decorada con espejos y de autor anónimo, coronada por el águila de dos cabezas, el símbolo de la casa de Habsburgo. También la comunidad facilitó un nicho del siglo XVII con la imagen en alto relieve de la Inmaculada Concepción, con el fondo dorado y delicado esgrafiado, obra preferida de Sor Inés, quien lleva 56 años en la comunidad religiosa.

Las mojas del monasterio cuidan y veneran celosamente las obras que existen dentro del convento. “Las limpiamos, les ponemos flores y no dejamos que nadie las toque” insistió la religiosa, quien aclaró que varias de sus hermanas salen por primera vez desde que tomaron el voto de silencio; como Tatiana María de San Antonio, religiosa de 26 años que sale fuera de los muros conventuales, después de cinco años, desde que ingresó al claustro con la firme vocación de orar y servir al Señor y la Virgen María.

Sor Inés, quien estaba a cargo de las siete religiosas que salieron del monasterio, explicó que en 1972 tras el Concilio Vaticano Segundo “se humanizó más el tema de clausura” lo que les permite salir, pero con la debida justificación. “Yo sí he salido algunas veces, mis hermanas no. Yo he sido abadesa por treinta años y llevo a las hermanas al médico y manejo el auto del monasterio. “Antes los médicos nos visitaban, pero ahora las cosas han cambiado”, expresó mientras reunía a las hermanas para retornar a su vida de silencio.

La hermana Mercedes Quintana, del monasterio de Santa Catalina aseguró, también, que “es la primera vez que salimos a ver una exposición en un museo, nunca nosotras hemos salido a estas cosas”, dijo sonriente tras enorgullecerse de que su monasterio es uno de los primeros en abrir sus puertas con un museo.

Durante el recorrido por la exposición que duró cerca de una hora, las once religiosas destacaron la gran memoria para describir cada detalle y fecha histórica de Ximena Carcelén curadora de la muestra.

La exposición Salve Regina: advocaciones marianas en la Real Audiencia de Quito permanecerá abierta al público hasta finales de octubre. Los horarios de atención son de 09:00 a 16:00 horas de martes a domingo, previa cita llamando a los teléfonos 382 70 00 extensiones 7150 o 7103 o enviando un correo electrónico a ucultural@presidencia.gob.ec, con los nombre completos de los visitantes, el número de su documento de identificación, así como el día y hora en que desean recorrer la muestra.