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Las comunidades de Casa para Todos adaptan sus actividades para enfrentar la pandemia

Las 39 urbanizaciones de la Misión Casa Para Todos han desarrollado mecanismos para enfrentar la emergencia sanitaria y apoyar a los grupos que más lo necesitan, priorizando a los niños, a personas con discapacidad y adultos mayores.

“Estamos viendo los resultados de nuestro trabajo diario junto a las comunidades. Gracias al compromiso de las familias, la solidaridad entre vecinos, la organización comunitaria para mantener medidas de higiene personal y de limpieza en los espacios comunales; nuestras urbanizaciones de Casa para Todos han logrado grandes resultados durante el aislamiento”, sostuvo Rocío de Moreno, Presidenta Ad honorem del Comité Plan Toda Una Vida.

Ejemplo de ello es cómo de a poco se retoman algunas actividades como el “rincón de lectura”, en el cual participa un grupo reducido de niños y adolescentes de la urbanización Dulce Amanecer en Pujilí, quienes cumplen estrictamente las medidas de prevención como el uso de la mascarilla y el distanciamiento de 2 metros entre persona. Esta actividad educativa la realizaban antes de la emergencia sanitaria y la han retomado, por iniciativa propia, como un espacio para que los niños aprendan, a través de la lectura.

Asimismo, varias familias han adaptado sus emprendimientos de costura para elaborar mascarillas, con el objetivo de prevenir el contagio de coronavirus. Esta actividad constituye un nuevo aporte económico para los hogares.

“Mi emprendimiento surgió por la necesidad de que los vecinos tengan mascarillas para prevenir el contagio del COVID-19 y, por supuesto, quise hacerlo para cuidar a mi familia”, comenta Lourdes Tucumbi, de la urbanización Dulce Amanecer en Pujilí, quien desde que comenzó la cuarentena elabora cubrebocas y las reparte a las personas con discapacidad y adultos mayores de su barrio.

Hasta la fecha, ha confeccionado 5.000 mascarillas de tela, la mayoría se han comercializado a través de una fábrica de la zona que distribuye el producto a distintas ciudades del país.

También en Portoviejo, Manabí, en la urbanización San Alejo de Casa para Todos los gestores comunitarios de la Secretaría Plan Toda Una Vida, junto a los vecinos y vecinas, impulsaron la confección de este insumo de protección.

“Se trabajó con la comunidad explicando, paso a paso, como elaborar una mascarilla casera con tela o cambrela”, cuenta Katherine Toala, gestora de San Alejo; quien asegura que el 60% de las familias aprendieron a confeccionarlas.