Ecuador y Venezuela: una sola bandera

Desde el ascenso a la presidencia del Comandante Hugo Chávez Frías no sólo se ha registrado relaciones en el intercambio energético con el Ecuador, también se ha destacado la integración financiera, empresarial y agrícola, facilitando el canje de bienes y servicios, al menor costo y tiempo posible.
Los planes del proyecto geopolítico encabezados por Hugo Chávez y Rafael Correa, fueron encomendados a la Cámara de Comercio e Integración Ecuatoriano-Venezolana (CACEVEN), en la que se depositaron programas para reactivar el aparato económico de los países, articulando la iniciativa privada para la disminución de aranceles en un 50%.
El 24 de junio de 2009, las presidencias bolivarianas apostaron por el cambio profundo en las estructuras de los organismos internacionales, trabajando conjuntamente por el Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), con la finalidad de alcanzar el desarrollo integral de los países de América Latina y el Caribe, especialmente en áreas de salud y planes sociales masivos de alfabetización.
Los lazos fraternos acordaron 114 instrumentos bilaterales en programas de cooperación soberana, entre los que destacan la materia científica y tecnológica. También fue posible desde 2005 hasta 2010 la implementación de la Misión Milagro que realizó un total de 2 millones de intervenciones quirúrgicas para devolver la visión a los sectores más pobres de estas naciones.
En la búsqueda por consolidar la nueva modalidad de producir y consumir, los Ministerios del Poder Popular de la Alimentación de Venezuela y Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca de Ecuador, suscribieron contratos de compra y venta de alimentos básicos, además de firmar convenios con nuevas tecnologías para el control de calidad de arroz y maíz en los cantones de Quevedo, Ventanas y Daule.
Las relaciones diplomáticas de ambos movimientos revolucionarios cumplen con una larga trayectoria de objetivos que se consolidaron bajo una visión política al servicio de la unidad e independencia latinoamericana, conformando espacios como la UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas) o la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos) que llevarían a cabo las primeras operaciones económicas a través de la moneda regional el sucre.
Ahora queda el legado de un vínculo diplomático que sembró trabajo colectivo en beneficio de ambas comunidades, apostando por un sueño bolivariano. AD / El Ciudadano